Intensas by Ana Requena Aguilar

autor:Ana Requena Aguilar [Requena Aguilar, Ana]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Ciencias sociales
editor: ePubLibre
publicado: 2023-05-01T00:00:00+00:00

Independencia emocional

En 1936, la periodista estadounidense Marjorie Hillis escribió El placer de vivir sola, un libro que se convirtió rápidamente en un best seller y que funcionaba a modo de guía para las mujeres que empezaban a vivir solas por decisión propia. Aunque la editorial que reeditó el texto en España hace unos años promocionó el lanzamiento como un «clásico más vigente que nunca», lo cierto es que el libro incluye pasajes con un contenido bastante obsoleto (afortunadamente). Otros, sin embargo, resultan una curiosa reivindicación de la vida independiente. «Si todo esto suena un poco patético, piensa en todas las cosas que no debes hacer al vivir sola. No tienes que apagar las luces cuando quieres dormir porque alguien más quiere leer. No tienes que levantarte en medio de la noche para preparar la bolsa de agua caliente de otra persona o mantenerte despierta por sus ronquidos o mostrarte vivaracha cuando estás cansada o alegre cuando te sientes triste ni simpática cuando estás aburrida. Tienes probablemente el baño solo para ti también, lo que es incuestionablemente una de las Mayores Bendiciones de la Vida. No tienes que esperar a que alguien termine de afeitarse cuando estás lista para tu sesión de crema facial. No tienes a alguien quejándose de tus botellas favoritas, ni a nadie tirando toallas húmedas en el piso ni ocupando la regadera justo cuando tienes tiempo para bañarte. Desde el crepúsculo hasta el amanecer puedes hacer exactamente lo que te plazca, lo cual, después de todo, es una enorme ventaja en este mundo en el que se espera mucho conformismo de nuestra parte». Mentiría si no dijera que, como Marjorie Hillis, creo que, después de una convivencia prolongada en pareja, tener el baño para una sola o, como dice en otro pasaje, comer lo que quieras y donde quieras, aun tirando migas en la cama sin riesgo de molestar a nadie, son pequeños placeres que una aprecia. El problema es que nuestros referentes opuestos a las Charos están, muchas veces, llenos de trampas. Algunas ya aparecen en el texto de Hillis, o ¿es que vamos a seguir asumiendo que estar con un hombre te impedirá «hacer lo que te plazca»? La idea de que si estás en una relación o convives tienes que fingir estar alegre o vivaracha cuando en realidad necesitas estar a tu aire o simplemente te sientes triste o hacia dentro no deja de ser una prolongación de aquellos manuales de la buena esposa.

El referente de soltera «exitosa» que hemos construido como oposición a la «solterona» o Charo no deja de ser otro arquetipo inservible y lleno de tópicos. Las mujeres nos vemos en la obligación de encajar en un concepto que nos presupone arregladas, disponibles, exitosas en otros ámbitos (para compensar, se sobreentiende), y no especialmente deseosas de encuentros con un otro. Hay que decir mucho «no tengo tiempo para enamorarme» o «estoy muy bien sola» o «no pienso en eso». ¿Y qué pasa si sí que pensamos en eso?, ¿es que entonces

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